AUTOBIOGRAFÍA: Recuperando el tiempo perdido.
Un año ha transcurrido como si nada hubiera cambiado, o casi nada desde esa última vez. No he dejado de escribir, aunque estén los folios aún en blanco y esperando la cuartillas en ese territorio de lo inesperado que se llama mañana o quizás el próximo mes.
Ya ha pasado un año, digo, y lentamente, parece regresar todo a esa vieja normalidad que hoy más que nunca da la sensación de ser caduca y más anciana. Desandar los caminos viciados del presente: buen comienzo, buen punto de partida, si se quiere. Los que vivimos en los libros, es decir, en la realidad, sabemos lo difícil que es irse labrando el oficio de la escritura. Tenemos nuevas oportunidades de seguir el fructuoso florecer del trabajo silencioso de escribir un libro y, después otro. Este septiembre tengo la fortuna de recuperar el tiempo perdido: pandemia, restricciones, confinamientos, prohibiciones, distancia. Es el léxico de la tragedia cotidiana, que se suma a ese antiguo diccionario que ya nos conocíamos al dedillo: trabajo, madrugar, monotonía de lluvia tras los cristales. El otoño, la rapidez de las tardes en octubre, su descender vertiginoso.
Este septiembre tengo la fortuna de celebrar que espera, sobre el surco, como el arado espera, la llegada de otro libro, mi quinta obra publicada y escrita: quien me conoce sabe que no tengo nada en el cajón secreto que todos los que escriben tienen en la mesa de su despacho. Y este septiembre, la editorial Bohodón ha querido que esté dos días firmando Crónica del último invierno en la Feria del Libro de Madrid, que esta vez en septiembre, nos recuerda que hubo un tiempo anterior a este.
Así que doble celebración que quiero compartir con los pocos lectores que tiene este blog, esta bitácora personal y biográfíca y casi tan íntima que, a veces, pienso que solo escribo para leerlo yo solo. Si alguien en cualquier caso lee esto, quiero que sepa que tengo la sensación de estar recuperando el tiempo perdido, y un profundo agradecimiento a quien hace que todo lo bueno que ocurre parezca posible. Vale.