martes, 7 de enero de 2020

AUTOBIOGRAFÍA - Resumen del 2019



Ha sido una año peculiar: un año en que las agendas se han visto desbordadas. Ha pasado todo este tiempo y no lo pareciera. Un año desde que decíamos adiós a mi padre, y presentaba mi cuarta novela en Madrid, de la mano de Cristina Almeida y de Juan Ángel Argelina y de los amigos de El Abrazo del Oso. Aquel programa sobre los olvidados de la Transición que grabamos lleva más de 20.000 descargas y escuchas en IVoox. Pero nunca se puede gozar de la felicidad al completo, porque la vida ofrece azarosa esta superposición de alegrías y desgracias. No podré explicarlo por más que lo intente, ni puedo hablar de aquellos días en que recibí el cariño de tanta gente buena sin que se me haga un nudo en la garganta. Pero no cambiaré la dedicatoria de esta novela, que me llevó tres años de altibajos y desvelos.

Desde que Bohodón Ediciones publicó esta historia de lo que somos en la cercanía, esta novela de recuerdos prestados, todo han sido buenas noticias. Ha ido creciendo con una lentitud firme, despacio ha ido sumando lectores y ha recorrido media España, añadiendo amigos a sus páginas y recopilando otros paisajes. Primer viaje: Córdoba, para participar en el Club de Lectura de Montalbán. Después vendrían la Feria del Libro de Vallecas y tres días más de firmas en la Feria del Libro de Valencia, dos en la Feria del Libro de Madrid y otro viaje más: a la Feria del Libro de Valladolid. Apenas pasó el verano y este otoño fui hasta Alicante para firmar libros en la FNAC y después participar la Feria del Libro de Murcia. La primavera intensa quiso que fuera a hablar de este libro a la tertulia del Café Gijón de Madrid, que capitanea Justo Sotelo. Como veréis, escribir no solo es un ir y venir en la memoria, también en el espacio. Habría que sumar reseñas y entrevistas: Rafa Ruiz, Andrés Barrero, Prudencio Salces, Jorge Morín, Javier Machón, Anika entre Libros, Francisco J. Castañón, Miguel Sanfeliu... y muchos otros cuyos nombres ignoro.  Buenas críticas de amigos y de gente conocida y desconocida, pero honesta.

Y otoño vino cargado de buenas noticias también. En noviembre, cuando mi amigo Ángel Rejas quiso que participara en la Asamblea por la República de Leganés, presentando la novela en las Jornadas sobre la Transición que organizaron, la Asociación de Críticos y Escritores de Madrid quiso que "Crónica del último invierno" quedara Finalista del Premio de la Crítica. Rafael Reig lo ganó muy justamente con su última novela. Broche de oro para un año largo y un hermoso comienzo para un 2020 prometedor.

Las autobiografías son así; hay ocasiones en que se nutren de la literatura con que se riega la vida para que no resulte tan tediosa. Este es el resumen de un año, una compilación breve de lo hermoso que puede ser observar el mundo con la mirada que nos prestan los libros y sus historias, menos mías que nunca, cada vez que un lector se suma. El agradecimiento que siento no cabe aquí. Se ensancha, se extiende, adopta la forma de un horizonte que es difícil de describir, llega muy lejos, recorre meses y urbes y lejanos páramos y continúa allá por donde voy, por los paisajes que dejó atrás y por los que, estoy seguro, algún día llegaré a conocer. Gracias y feliz 2020.