sábado, 6 de junio de 2015

AUTOBIOGRAFÍA - "Un  hombre detrás de la lluvia"




Todos esperamos, a nuestro modo, detrás de la lluvia. Y una novela siempre es una espera. Cuando uno aguarda la publicación de un libro siente esa necesidad de contarlo, pero también una incertidumbre que es difícil de explicar. Hay algo ajeno en todo lo que se convierte en libro, es un regalo que sabes que es regalo porque no te pertenece. Cuando publicas una nueva novela sabes que hay algo efímero en ella, una especie de tiempo pasajero en la que no terminas nunca de reconocerte. 

Cuanto somos habita en los libros. Cuanto creemos ser, y por eso esta narración sobre las armas de la indefensión que siente cualquier escritor ante la historia que te supera, que va más allá de ti mismo y que va adquiriendo forma a medida que se va escribiendo, sin que tú mismo termines de controlar cuanto se dice en ella. A veces son los libros quienes nos escriben a nosotros en realidad. 

Somos lo que son otros y cuanto otros han ido dejando en nuestras biografías. Por eso, cualquier historia es también algo en préstamo de las vidas que no nos pertenecen, y asomarnos a ellas es el hilo conductor de todo lo que se escribe en una novela. No sabría explicar nunca cómo se llega a una historia, y en este libro solo cuento cómo una historia llega a mí, cómo un personaje te va contando lo que tú quieres escribir cuando te das la tercera oportunidad de seguir escribiendo. 

Es difícil, muy difícil, decir en algunas líneas lo que uno siente cuando sabe que un libro que tú has escrito poblará las estanterías de una librería y otros leerán y juzgarán lo que durante meses ha ido construyéndose en el fondo de tu imaginación, en la intimidad de tus noches en vela. Y en esa construcción es donde habitan los fantasmas del escritor, sus dudas, sus torpezas, sus inverosímiles historias que se van convirtiendo en verdad, para que sea la verdad misma quien te busque y te recuerde que estás en la necesidad de seguir llenando páginas con tus palabras, hilvanando situaciones, buscando subterfugios con que dar credibilidad a lo que inventas. 

Y así, sin saber muy bien dónde empieza el mundo y dónde lo irreal de lo que has imaginado, quieres buscarte a ti mismo y a los demás. Y es entonces cuando te das cuenta de que todos esperamos algo que no sabemos qué es, como el protagonista de esta novela espera bajo la lluvia el momento incierto de tener una posibilidad solamente de construirse a sí mismo como algo más que una mera ficción. Siento que este es el comienzo de la literatura: un extraño encuentro con lo inefable. 

Solo puedo dar las gracias a quienes ha conseguido hacer de este sueño una realidad, una realidad tangible que en apenas unos días tendrá la apariencia de libro, para que, una vez más, sean otros los que esperen conmigo bajo la lluvia.