lunes, 11 de diciembre de 2006


POEMAS POR SI ENTRA EL AIRE (Y AGITA LAS CONCIENCIAS)

(Fotografía: África Salces)

I

Dejadla así, entreabierta,
esta ventana de canícula gris
y verano en ciernes tormentoso.

O de par en par por si la lluvia
aparece con su aroma
de tierra blanda y empapada.

Dejadla así, dejadla,
no se vaya a impedir
el ruido de sombra con su lluvia
rebotando en los cristales
y no llegue a los rincones tibios
del hombre y su injusticia en uniforme.

Abierta, así, abierta,
como un pecho que ansía respirar
los campos húmedos
de países lejanos
cuyas geografías se ocultan
por detrás de una arboleda.


II

Suena, al fin suena,
la lluvia con su terco gemir
en los canalones metálicos
donde resbala como un miércoles
de junio.

¿Se escucha su mustio
gotear desde allí, a lo lejos?

¿Acaso se oye avecinarse
en su torrente tibio?

Subidas las persianas,
descorridas las cortinas
y abiertos los ojos, así de simple,
adolece la lluvia el silencio
de su seca orfandad,
de esas gotas que ni siquiera
limpiarán las conciencias
(y mucho menos las esquinas
orinadas de las calles estrechas).