sábado, 9 de junio de 2012

AUTOBIOGRAFÍA (LII) - Antología del horror


(fotografía: Gervasio Sánchez)

Pocas veces uno siente viendo una exposición el dolor de un mutilado o las quejumbrosas miradas del hambre, como si el famélico que te mira desde el otro lado fuese también un familiar tuyo o un mero conocido. Se siente así cuando uno mira de cerca la obra de Gervasio Sánchez. "Antología" lleva por nombre esta retrospectiva sobre los horrores de un mundo contemporáneo, que a veces son solo un vago titular de periódico: desde América Latina a Sudán, pasando por Camboya, Sierra Leona o España, que también deja sus pequeñas dosis de negra historia. 

La mirada intensa de los niños que han perdido una pierna por una mina antipersona tiene el mismo color que tiñe las desgracias de esa civilizada Europa que también cavó sus fosas en Sarajevo, como si fueran instantáneas tomadas en los viejos años cuarenta: pero los escaparates y los coches delatan un recientísimo pasado que casi es presente: cuando una madre anciana contempla la maleta donde su hijo desaparecido en el Chile de Pinochet ha atesorado el tránsito del tiempo con la misma lentitud con que se mueren varias niñas en un repugnante hospital de Sudán, víctimas de la miseria y la enfermedad. 

Da dolor porque al regresar de esta exposición uno escucha cómo cien mil millones salvan bancos y no salvan de la hambruna, la guerra y del miedo a todas esas persona fotografiadas con una sensibilidad implacable y que, en el fondo, nos sacude el alma como los rostros de los niños soldado de África, moribunda siempre, siempre lacerada por la probreza y el hambre. Este fotógrafo, arriesgándose la vida, ha convertido en obras de arte todas esas teclas que sabe tocar la desgracia, y en un incuestionable documento gráfico que retrata el daño que solo el hombre sabe acuñar en la piel del hombre. Todos pobres, todos descalzos, todos envueltos en una atmósfera de mal presagio y de ausencia de futuro. 

Qué tristeza contemplar el horror ajeno, sin poder hacer nada, salvo poner el objetivo de su cámara. Solo aventurarse a denunciar, como si Gervasio Sánchez hubuiera sabido traer el miedo y el dolor por las pérdidas a nuestras sobremesas, para que recibamos por lo menos el postre de la conciencia, mientras los salvabancos siguen anudándose con maestría sus corbatas en sus cuellos almidonados y blancos, con un deje de metafórica horca que espera solo a quienes caminan descalzos por las calles de ciudades desoladas por la guerra. 

(a Gervasio, por si leyera algún día esto, y a sus protagonistas)

8 comentarios:

Pilarin dijo...

sabes, que me encanta leerte...lo que me da pena es que sea tan de vez en cuando y además hablando siempre desde el cabreo, mal rollo o la tristeza que inspiran, por desgracia, los hechos, las relaidades de todos los días. bueno...busca algo positivo...aunque solo sea para escribir un post de estos y mientras lo escribes y lo leo "olvidemos" un poco todo lo demás.
una vez sentí algo parecido viendo unas fotos sobre la ablación del clitoris...ufffff nunca unas fotos habían conseguido...removerme tanto por dentro!!! también me llevaron a escribir-denunciar en el boletín que hacemos en la hermandad.
bueno, como siempre te digo, en cualquier caso y sobre cualquier cosa, me encanta q escribas para poderte leer. bs+risas

Prudencio Salces dijo...

Luis, pienso que tiene razón Pilarín: tú tienes muchas más facultades intelectuales y expresivas como para que, solo muy de tarde en tarde, te dejes caer con una de tus hermosas crónicas del desasosiego

Anónimo dijo...

Pues a mí me sigue entusiasmando lo que diga, porque desde el enfado o no tiene mas razón que un santo y necesitamos que los escritores en momentos como estos se pongan manos a la obra y con los pies en la tierra sean un azote para la conciencia colectiva y no solamente virtuosos de la imaginaci´´on.

Anónimo dijo...

Fíjate, Luis, página tan vintage he encontrado http://www.rafaelcastillejo.com/index.htm

Saludos,

tempus fugit y memento instituti

Inés la del pericón

Anónimo dijo...

Excelente comentario sobre una excelente exposición.
Me llamó mucho la atención la capacidad que tiene una persona al elegir entre sacarle una fotografía a un herido o socorrerle, sin saber denominarlo valor o irracionalidad.


Álvaro Jarabo, ex-alumno y en ocasiones lector del blog. Mucha suerte Luis.

Anónimo dijo...

Me alegra saber de ti, Álvaro, aunque sea por aquí. Gracias por tu comentario. Un abrazo enorme. Luis.

Sonia Magic Alonso dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carmen dijo...

Luis, me he tomado la libertad de enviar tu texto a Gervasio. A continuación te copio su mensaje. El silencio nunca es olvido, Carmen.
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Querida Carmen:
Muchas gracias por enviarme este texto tan emotivo. Por favor dale las gracias a Luis de mi parte. Gracias a los dos por ir a ver mi exposición antológica.
Un abrazo
Gervasio Sánchez