jueves, 22 de febrero de 2007


CUMPLEVIDAS

(a Sofía, pequeñísima)

(Fotografía: África Salces)


Este día diminuto, microscópico,
veintidós del dos, resulta ser tu cumplevidas,
el primer día en que verás
árboles y atomóviles ciudad arriba.
Este día y no otro, marcado en los calendarios,
minúsculos igual que tú, señalados,
empezarás a reconocer, ojos abiertos,
la luz del mundo con sus noches y todo.

Resulta que nos has visitado para siempre,
después de tanto tiempo, como siempre
desde el extraño trayecto del no existir
(o sólo a medias).

Y hoy, en tu llegada de primer viaje,
traerás en tu maleta un cielo sembrado de cipreses,
o amapolas rojas y sencillas (¿quién lo sabe?).

Bienvenida, solamente.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Luis, me gusta que hayas cambiado la foto de esta página. Ya que el texto no se empareja con las preciosidades que vienes escribiendo, ésta, al menos, concuerda más que la del muñequito con las demás reliquias.
Pruden

Anónimo dijo...

Como bien dices, Pruden, no se empareja este texto ni esta fotografía con la Autobiografía porque pertenece al grupo de Páginas en verso. Aparece aquí en medio pues el blog tiene el fallo de ordenarse según la hora y el día en los que se haga la entrada de los textos. Creo que a Luis tampoco le gusta mucho esta localización pero no había otra forma de introducir esta página para "homenajear" a esa recien nacida (o a sus padres).

Anónimo dijo...

Pues a mi no me parece mal que este autor siga escribiendo poesía. Aunque la tenga que meter ahí de golpe. Ya le dejé un comentario en su parte de verso para animarle a ampliarla. La persona que es capaz de escribir estas páginas acompañadas de las fotografías antiguas debe ser capaz también de escribir buena poesía pero ha de practicar más continuamente. Atiende a esto.
Te saluda,
Sobrepiedra del Árbol

Anónimo dijo...

Hermoso poema, Luis. Pero resulta extraño que aún los padres de la criatura no se haya manifestado. Habrá que tirarles de las orejas, ¿no crees?

Anónimo dijo...

Respuesta de Luis Quiñones:

Hola, lector anónimo. Entiendo tu preocupación por que los padres de nuestra querida Sofía aún no se hayan manifestado. Pero mis amiguetes Javi y Ester andarán demasiado ocupados estrenando su nueva vida de pañales e insomnio como para andarse metiendo en internet a ver qué es lo que se cuece por la blogsfera.

No tendré, pues, que darles tirón de orejas alguno, porque no se lo merecen. Son amigos desde hace mucho tiempo, de los pocos que quedan y de los buenos. Además, estoy seguro de que no les faltará tiempo de comentármelo despacio el día que se enteren de que le escribí aquí unos versos a Sofía. A veces, no obstante, las mejores cosas no son siempre las que se dicen en público.

Un fuerte abrazo, lector anónimo. Pd. Pese a todo, les tiraré de las orejas despacito, si tú lo quieres y si eso hace que sigas participando de mi autobiografía por escribir. Gracias.
Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Menos mal que no tengo que pronunciar palabra y puedo escribir, porque el nudo que tengo ahora mismo en la garganta no me permitiría decir nada, es el regalo más bonito que me han hecho a mí y sobre todo a Sofía. Siento no haber escrito antes pero no tenía ni idea de la existencia de esta página y menos de un poema de Luisito para mi niña. MUCHAS MUCHAS MUCHAS GRACIAS. ME HA ENCANTADO LUIS, estoy deseando que Sofía pueda leerlo y entenderlo y decirle que un gran amigo se lo escribió. En cuanto venga Javi se lo enseño. Ester

Anónimo dijo...

Muchíiíísimas gracias, Luis. Con el caos en que se ha convertido esta casa no me había dado cuenta de que estaba este precioso poema esperando a la nena. Ya se lo he leído y parece que le gusta, aunque ha torcido algo el gesto cuando ha oído lo de las amapolas rojas y sencillas (creo que ella las preferiría rojas y gualdas -si no existen, ya se las pintará su padre, jeje)-.

Cuando crezca, podrá comprobar de primerísima mano que el tito Luis es un pedazo de poeta.

Repito una y mil veces: gracias.

PD: veo que, entre solomillo y chuletón, aún te queda espacio para la ternura y eso me congratula.

Anónimo dijo...

Respuesta de Luis Quiñones:

Amigos Javi y Ester o Ester y Javi (como los Reyes Católicos). Viendo vuestros comentarios me asalta un poco el sonrojo. Y no es de la comilona, sino de la buena amistad y de la ternura, claro. No uno, sino cientos se merece esa preciosa niña que ha aterrizado en este mundo, seguro, para hacernos más felices y para que podamos compartir esa felicidad. Y perdonadme si hablo como un cura, pero pocas cosas se pueden decir más de Sofía y de sus padres. Si no os engorda bien la niña, no os preocupéis... que de enseñarle a comer se encargará su tío adoptivo.
Un beso, una felicidad compartida, y un poema. Gracias a vosotros por dejar vuestra huella por aquí (a los tres) imborrable.

Santiago Acosta dijo...

Qué tal, Luis? Gracias por tus comentarios en mi blog, me alegra que te hayan gustado mis poemas. Intentaré publicarlos este año o el que viene, si tengo suerte.
Este poema tuyo me ha parecido muy bueno y he querido devolverte la visita y el comentario. Seguiré leyendo a ver qué me trae tu autobiografía.
Por cierto, por casualidad no recuerdas cuál es ese otro blog en donde aparecen publicados textos míos? Yo no tengo idea de cuál pueda ser.
Un gran abrazo y muchos saludos desde Caracas.
Santiago.

Ogigia dijo...

Por mediación de un amigo tuyo he encontrado tu página y me gusta, me gustan tus poemas. Un saludo

Teresa dijo...

Una bonita bienvenida a la vida. Preciosa la poesía.